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junio 7, 2025En el corazón del Valle Las Trancas, fluyendo serenamente entre bosques nativos y montañas nevadas, se esconde un rincón mágico conocido como el Río Renegado. Este afluente, poco explorado por el turismo masivo, es un verdadero tesoro natural que ofrece un entorno ideal para la desconexión, el juego al aire libre y la contemplación del paisaje. Visitarlo en familia es una oportunidad única para reconectar con la naturaleza en estado puro.
Las aguas del Río Renegado son cristalinas, frías y revitalizantes, nacidas de los deshielos cordilleranos de los Nevados de Chillán. Su curso dibuja un paisaje de pequeños saltos, pozones naturales y suaves playas de piedras que invitan a descalzarse y sentir la tierra. Es un lugar perfecto para pasar la tarde, hacer un picnic junto al agua, leer un libro bajo la sombra de los árboles o simplemente observar cómo los niños juegan con libertad y seguridad.
La zona cercana al río se mantiene casi virgen, y eso permite que la experiencia sea profundamente auténtica. No hay ruido más allá del canto de los pájaros y el sonido del agua. Aquí, cada estación regala una postal diferente: en primavera, la vegetación estalla en colores; en verano, el frescor del agua se vuelve irresistible; en otoño, las hojas pintan el entorno de tonos ocres y dorados; y en invierno, la nieve lo transforma en un espectáculo silencioso.
Muy cerca de este paraje se encuentran las casas de Alto Renegado, un proyecto inmobiliario exclusivo que ofrece casas independientes, diseñadas para fundirse con el paisaje. Cada casa cuenta con vistas directas al bosque y al río, lo que convierte la experiencia de hospedarse allí en una verdadera inmersión en la naturaleza. Desde el ventanal del living o la terraza privada, el Río Renegado se convierte en parte del día a día.
A solo minutos de ahí, el Hotel Chil-in ofrece otra alternativa de descanso, combinando la calidez de una atención personalizada con una cocina que rescata los sabores locales. Es ideal para complementar una jornada al aire libre con una comida reconfortante o una copa frente al fogón.
Explorar el Río Renegado en familia no requiere más que ganas de disfrutar el momento. No hay señal de celular ni conexión a internet, y eso, lejos de ser una desventaja, se transforma en un lujo: el de estar realmente presentes, de compartir sin pantallas, de enseñar a los más pequeños el valor de lo simple y de lo natural.
Chillán esconde maravillas como esta, y el Río Renegado es una de esas joyas que, una vez descubiertas, se quedan para siempre en la memoria.